16 dic 2015

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Biblioteca 16

Luis Borges, Ferdinando Scianna, 1984.

Por qué leer a los clásicos

Italo Calvino

Fragmento

Jorge Luis Borges
Leyendo a Borges he tenido a menudo la tentación de formular una poética del escribir breve, elogiando su primacía sobre el escribir largo, contraponiendo los dos órdenes mentales que la inclinación hacia el uno y hacia el otro presupone, por temperamento, por idea de la forma, por sustancia de los contenidos. Me limitaré por ahora a decir que la verdadera vocación de la literatura italiana, la que preserva sus valores en el verso o la frase en que cada palabra es insustituible, se reconoce más en el escribir breve que en el escribir largo.

Para escribir breve, la invención fundamental de Borges, que fue también la invención de sí mismo como narrador, el huevo de Colón que le permitió superar el bloqueo que le había impedido, hasta los cuarenta años, pasar de la prosa ensayista a la prosa narrativa, fue fingir que el libro que quería escribir estaba ya escrito, escrito por otro, por un hipotético autor desconocido, un autor de otra lengua, de otra cultura, y describir, recapitular, reseñar ese libro hipotético. Forma parte de la leyenda de Borges la anécdota de que cuando apareció en la revista Sur el primer y extraordinario cuento escrito con esa fórmula, El acercamiento a Almotásim, se creyó que era realmente una reseña del libro de un autor indio. Así como forma parte de los lugares obligados de la crítica sobre Borges observar que cada texto suyo duplica o multiplica el propio espacio a través de otros libros de una biblioteca imaginaria o real, lecturas clásicas o eruditas o simplemente inventadas. Lo que más me interesa señalar aquí es que con Borges nace una literatura elevada al cuadrado y al mismo tiempo una literatura como extracción de la raíz cuadrada de sí misma: una «literatura potencial», para usar una expresión que se desarrollará más tarde en Francia, pero cuyos preanuncios se pueden encontrar en Ficciones, en los puntos de partida y fórmulas de las que hubieran podido ser las obras de un hipotético Herbert Quain.

Que para Borges sólo la palabra escrita tiene plena realidad ontológica, y que las cosas del mundo existen para él sólo en cuanto remiten a cosas escritas, ha sido dicho muchas veces; lo que quiero subrayar aquí es el circuito de valores que caracteriza esta relación entre mundo de la literatura y mundo de la experiencia. Lo vivido se valora en la medida en que se inspira en la literatura o en que repite arquetipos literarios: por ejemplo, entre una empresa heroica o temeraria de un poema épico y una empresa análoga vivida en la historia antigua o contemporánea, hay un intercambio que lleva a identificar y comparar episodios y valores del tiempo escrito y del tiempo real. En este cuadro se sitúa el problema moral, siempre presente en Borges como un núcleo sólido en la fluidez e intercambiabilidad de los escenarios metafísicos. Para este escéptico que parece degustar ecuánimemente filosofías y teologías sólo por su valor espectacular y estético, el problema moral vuelve a presentarse idénticamente, de un universo a otro, en sus alternativas elementales de coraje y vileza, de violencia provocada y sufrida, de búsqueda de la verdad. En la perspectiva borgiana, que excluye todo espesor psicológico, el problema moral aflora simplificado y casi en los términos de un teorema geométrico, en el que los destinos individuales trazan un diseño general que cada uno, antes de escoger, debe reconocer. Pero las suertes se deciden en el rápido tiempo de la vida real, no en el fluctuante tiempo del sueño, no en el tiempo cíclico o eterno del mito.


#ItaloCalvino #JorgeLuisBorges #literatura 

12 nov 2015

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Biblioteca 15

Reading, Lucian Freud, 1997
Otra obra de Italo Calvino que muestra la influencia borgiana es Si en una noche de invierno un viajero. Calvino se basó en la distorsión del rol del autor de Borges. Es una novela organizada del siguiente modo: entre los doce capítulos numerados con números romanos se hallan intercalados diez capítulos con título, que son los comienzos de novelas interrumpidas y que pueden funcionar como relatos independientes entre sí. Es un relato que se interrumpe a sí mismo, compuesta por novelas que se cortan y que de alguna manera se abren unas a otras para sugerir un vasto sistema de narraciones inacabadas que se interconectan y en los que las interrupciones pasan a ser la trama de la misma. 

Tiene un guiño a la literatura árabe y en el mismo texto menciona a Las mil y una nochesPretende mantener al lector atento como al comienzo del relato. El libro que el anhela escribir no sólo debe contener todos los libros, sino todas las posibilidades imaginables. La Biblioteca de Babel de Borges imagina al universo como una biblioteca de galerías infinitamente ampliadas cuyos volúmenes contienen todas las combinaciones posibles de los veinte símbolos ortográficos, lo que significa que en algún lugar de sus estantes hay un texto que contiene todo. 

Sobre ella dijo Calvino: “Es una novela sobre el placer de leer novelas; el protagonista es el lector, que empieza diez veces a leer un libro que por vicisitudes ajenas a su voluntad no consigue acabar. Tuve que escribir, pues, el inicio de diez novelas de autores imaginarios, todos en cierto modo distintos de mí y distintos entre sí: una novela toda sospechas y sensaciones confusas; una toda sensaciones corpóreas y sanguíneas; una introspectiva y simbólica; una revolucionaria existencial; una cínico-brutal; una de manías obsesivas; una lógica y geométrica; una erótico-perversa; una telúrico-primordial; una apocalíptica alegórica. Más que identificarme con el autor de cada una de las diez novelas, traté de identificarme con el lector.” 


Borges y Calvino podrían ser dos viajeros en el mismo camino que nunca se encuentran. Ambos construyen sus ficciones, que tienden a ser pequeñas estructuras para producir perturbaciones lógicas, cognitivas y ontológicas. 

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#ItaloCalvino #JorgeLuisBorges #literatura #libro

8 oct 2015

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Biblioteca 14

Italo Calvino y Jorge Luis Borges.
El libro de Italo Calvino Las ciudades invisibles remite a las obras de Jorge Luis Borges. Esta narración contiene descripciones cortas de ciudades inventadas, según lo relatado por Marco Polo a Kublai Khan. El lector avanza sobre sus páginas, fascinado por el bello estilo del autor. Borges escribió volúmenes similares como Cuentos Extraordinarios y el Libro de Seres Imaginarios, fragmentos breves sin una historia.

Como Borges, Calvino es un gran erudito. Sus bocetos de ciudades están llenos de curiosidades recogidas en sus viajes, de modo que el libro es una valija que desborda información e imágenes.
Borges utilizó fuentes de todo el mundo, incorporando una visión global que no era común en ese momento. 

Calvino utiliza su conocimiento para estimularnos a ver las cosas cotidianas con nuevos ojos. En un fragmento del libro Marco Polo analiza la madera en un tablero de ajedrez para Kublai Khan:
“La plaza en que se fija su mirada iluminada fue cortada del anillo de un tronco que creció en un año de sequía: ¿ves cómo se arreglan sus fibras? Aquí se puede distinguir un nudo apenas insinuado: un brote trató de brotar en un prematuro día de primavera, pero la helada de la noche lo obligó a desistir ...Aquí hay un poro más grueso: tal vez fue un nido de larvum; No un gusano, porque, una vez nacido, habría comenzado a cavar, pero una oruga que roía las hojas y fue la causa de que el árbol fuera elegido para cortar... ” El padre de Calvino era agrónomo y su madre licenciada en ciencias naturales. 

Escribió Calvino sobre Borges:
Empezaré por el motivo de adhesión más general, es decir el haber reconocido en Borges una idea de la literatura como mundo construido y gobernado por el intelecto. Esta idea va contra la corriente principal de la literatura mundial de nuestro siglo, que toma en cambio una dirección opuesta, es decir quiere darnos el equivalente de la acumulación magmática de la existencia en el lenguaje, en el tejido de los acontecimientos, en la exploración del inconsciente...”


Borges aborda historias hasta sus elementos esenciales, en un intento de llegar a la esencia de lo que hace una historia: “El resto es ilustración episódica ... o adorno verbal afortunado o inoportuno.”
Ambos autores tienen una gran habilidad para capturar un momento en el tiempo y permitir que la imaginación visual del lector se depliegue. 

Al escribir obras tan fragmentarias, podríamos suponer que Borges y Calvino estaban en la vanguardia de un nuevo movimiento literario. Sus pasajes cortos, sin duda, remiten como se escriben las entradas de un blog hoy. 

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18 sept 2015

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Biblioteca 13

Jorge Luis Borges, 1911.

Lector activo


Las ideas borgianas impregnan la obra conceptual de Umberto Eco. La alusión a Borges y a sus motivos es clara a través de los elementos: laberintos, espejos, bibliotecas, y libros que refieren a otros libros. La cita de un manuscrito original, la descripción de fechas, personajes y hechos históricos, son recursos literarios típicamente borgianos que llevan al juego entre lo real y lo imaginario. Dudas que crean confusión en el lector no iniciado. Eco comentó que algunos críticos le reprochaban que planteaba hechos modernos que no se correspondían con el medioevo, y él aclaró que precisamente en esos casos había utilizado citas del siglo XIV.

Ambos otorgan gran importancia al papel activo del lector en la experiencia literaria. Borges manifestaba su intensión de mantener al lector en un papel activo: “La literatura no es agotable, por la razón suficiente y simple que un solo libro no lo es. Un libro no es una entidad aislada: es una narración, un eje de innumerables narraciones. Una literatura difiere de otra, ya sea antes o después de ella, no tanto por el texto en cuanto a la manera en la que se lee.”


En el cuento Pierre Menard, Autor del Quijote de Borges, el autor crea un lector ideal. Menard es un receptor competente, logra asimilar el texto de Cervantes de tal manera que se apropia de él. El protagonista del cuento no deseaba ser el autor del Quijote, sino escribir su propia versión, transformándose en un intérprete activo, complementario y creativo.
La presencia de Borges en la novela de Eco es un rasgo constitutivo y no un detalle superfluo que se impuso el escritor para llevar adelante la historia. La relación intertextual entre la novela y los escritos de Borges no consiste simplemente en utilizar ideas prestadas, sino que es mucho más sutil y más complejo.


“Nada consuela más al autor de una novela que descubrir lecturas en las que no pensaba, y que le sugieren los lectores.” escribe Eco en las Apostillas a El nombre de la rosa.


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#UmbertoEco #JorgeLuisBorges #libro #literatura #lector

31 ago 2015

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Biblioteca 12

Planta de la biblioteca de El nombre de la rosa, Umberto Eco.

Espacio onírico

Las bibliotecas que imaginaron Jorge Luis Borges y Umberto Eco son similares en algunos aspectos y diferentes en otros. Ambas son laberintos que representan el universo. En las dos la historia se refiere a la búsqueda de un libro en los estantes de esas bibliotecas, que contiene a todos los libros en el caso de Borges, y un libro de Aristóteles en el caso de Eco.

La atracción de estos espacios literarios reside en su identidad laberíntica y misteriosa, en el influjo de los lugares místicos que ocultan un tesoro al que se accede a través de tortuosos recorridos.

El diseño físico de ambas bibliotecas manifiestan sus características esenciales. La de Borges tiene un numero infinito de habitaciones hexagonales, en las que el orden compulsivo lleva al caos absoluto, ya que son las dos caras de la misma moneda. En la de Eco cincuenta y seis ambientes, de las que cuatro son heptagonales y el resto casi cuadradas.

Para analizar ambas es necesario recurrir a las matemáticas, ya que sin matemática no se puede construir laberintos. En ambos casos se analiza la estructura de las bibliotecas para comprender el universo en Borges, y la estructura exterior para comprender la estructura interior de la biblioteca en Eco.

La forma arquitectónica se superpone a la trama y sus confusiones. Del mismo modo el laberinto críptico, el descubrimiento de los misteriosos asesinatos conduce a direcciones equivocadas y callejones sin salida. Guillermo de Baskerville admite haber encontrado la manera derecha solamente por desvíos y por casualidad. Él descubre la respuesta al acertijo asumiendo una coherencia inexistente entre la profecía de Juan y los asesinatos. Por lo tanto, Guillermo es la personificación de una vista en forma de rizoma del mundo. No hay caminos equivocados ni correctos. Sin embargo, cada camino conduce a la respuesta. La segunda disposición del laberinto es el manierista, que tiene una estructura tipo árbol con muchas ramas y raíces con una sola salida. Se retrata en el comportamiento de Adso, y de manera similar a la historia del hilo de Ariadna, el personaje logra encontrar su salida a través de un principio de ensayo y error. Jorge de Burgos, el bibliotecario anciano y ciego, se refiere al tercer tipo de laberintos: el griego clásico, no permite que nadie se pierda porque se entra, se llega al centro y de allí a la salida. Por un lado, el cosmos de la biblioteca coincide con la percepción de Jorge de un mundo autónomo y, por otra parte, él mismo representa al Minotauro, que se encuantra en el centro de la biblioteca: la sala secreta Finis Africae, donde espera a los intrusos.

En estas búsquedas, no sólo espacial, sino también personales, trasladan a la arquitectura enigmas de la condición humana.

16 jul 2015

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Biblioteca 11

Relatividad, 1953, M. C. Escher.
Umberto Eco tenía poco más de veinte años cuando se publicó por primera vez en Italia el volumen Ficciones, de Jorge Luis Borges. Fue una edición pequeña de sólo quinientos ejemplares. Eco leyó esos cuentos y quedó fascinado.
La fuerte influencia borgesiana sobre el trabajo de Umberto Eco puede leerse en El nombre de la rosa, publicada en 1980. La novela, que transcurre en 1327, se centra en los intentos de un novicio franciscano para investigar una serie de muertes en un monasterio italiano.
La mayor parte de la historiaa transcurre en la biblioteca laberíntica del monasterio, una referencia clara al concepto de la biblioteca total que recorre la obra de Borges, particularmente en su cuento La biblioteca de Babel. Borges escribió en esta pieza que la biblioteca total contiene "todo lo que se puede expresar en todos los idiomas"; Eco como semiólogo era muy consciente de la exploración de la capacidad del lenguaje, específicamente de la palabra escrita, de cómo expresar o crear significado.

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Los monjes no sólo utilizan la biblioteca para clasificar y archivar el mundo, sino también para acceder a él. La biblioteca de Eco no sólo hace referencia a la biblioteca total, sino que está dirigida por Jorge de Burgos, un monje bibliotecario de habla hispana que es ciego; así como Jorge Luis Borges había sido nombrado director de la Biblioteca Nacional de Argentina en 1955, momento en el que había perdido por completo la vista.

#UmbertoEco #literatura #libro #laberinto #biblioteca

18 jun 2015

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Biblioteca 10

La antibiblioteca

El semiólogo, filósofo y semiólogo Umberto Eco ha sido un entusiasta coleccionista de libros raros. Eco ha acumulado decenas de miles de libros, y siempre observa que no ha leído la mayoría de ellos.
Esa capacidad de mezclar fuentes de ambos extremos del espectro invariable creció en la niñez de Eco. Durante la Segunda Guerra Mundial, el joven Umberto se encargaba de buscar el carbón de la bodega. Allí encontró un tesoro de libros. Su abuela, una lectora indiscriminada, tenía libros de autores clásicos como Balzac, Dickens y Darwin junto a novelas de diez centavos y cómics. Eco los leyó a todos.

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En su libro El cisne negro, Nassim Nicholas Taleb, analiza cómo los seres humanos creemos saber más de lo que efectivamente sabemos. Y menciona a Eco como una persona que sabe realmente lo que una biblioteca personal es: una "anti-biblioteca". Es decir, una colección de libros que uno no ha leído todavía. Después de todo, "los libros no leídos son mucho más valiosos que los que se leen". Eco separa a los visitantes en dos categorías: los que ven su biblioteca e inmediatamente se preguntan cuántos de los 30.000 volúmenes ha leído, y los que ven la biblioteca y entienden que es una herramienta de investigación.

De lo que realmente se trata es de cultivar la curiosidad y aprender a aprender. Mientras investigaba su propio doctorado Eco se quedó atascado, y un día pasó  por una librería y compró un libro de un oscuro abad del siglo XIX porque le gustó la encuadernación. Sin pensarlo, encontró en una línea desechable una idea asombrosa...

#UmbertoEco #biblioteca #libro #literatura
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14 may 2015

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Biblioteca 9

Homenaje a Borges, Christian Boltanski, 2012.

El oficio bibliotecario


Jorge Luis Borges pasó por varios de los cargos propios de la profesión de bibliotecario; desde la catalogación, que ejerció en la biblioteca municipal Miguel Cané hasta la dirección de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno de 1955 a 1973. Durante su gestión se promovió la construcción de una  sede moderna que era necesaria para albergar al amplio patrimonio con el que contaba la Biblioteca. La visión de Borges no es, pues, mero producto de la creación literaria. Es también, la visión de un bibliotecario de avanzada, la de un meta buscador de posibilidades. La biblioteca total de Borges sería ese lugar, ese punto, en dónde estaría el todo y desde dónde sería posible ver todo.
Pero no sólo la información necesaria, también los desatinos, las múltiples e inverosímiles probabilidades combinatorias que el lenguaje y los números pudieran producir rozando la locura y la propia intimidad. “[…] vi. la circulación de mi oscura sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte … vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo […]”, El Aleph, Pág.71. La Biblioteca de Borges sería un lugar mutable y en constante cambio no un lugar quieto, sólido “Yo he procurado rescatar del olvido un horror subalterno: la vasta Biblioteca contradictoria, cuyos desiertos verticales de libros corren el incesante albur de cambiarse en otros y que todo lo afirman, lo niegan y lo confunden como una divinidad que delira.” 

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Boltanski decidió tomar al pie de la letra aquella definición de Ramón Gómez de la Serna que define el libro como un pájaro de más de cien alas para volar. El artista suspendió del techo de la ex Biblioteca Nacional más de 500 libros, de todos los tamaños, colores, olores, precios, idiomas, épocas e incluso sabores. Entreabiertos, con hojas ligeramente al aire, mecidas con la brisa de varios ventiladores, como pájaros hechos de papel con alas que ondulan.

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