Mi madre, Cristina Frigoni, 1999
Castellana dura,
irrefrenable,
vacía de caricias,
encinta de odios
sitiada por rencores
y desprecios.
irrefrenable,
vacía de caricias,
encinta de odios
sitiada por rencores
y desprecios.
Castellana alegre
bailarina,
con soles de misterio
en la cabeza
tonadillera de jotas
por las tardes
de chocolate y ensaimadas.
bailarina,
con soles de misterio
en la cabeza
tonadillera de jotas
por las tardes
de chocolate y ensaimadas.
De vida sarmentosa y dura
exiliada de amores
paternos y patriotas
llevada en ancas
por triste mensajero
de desencuentros
traiciones y locura.
exiliada de amores
paternos y patriotas
llevada en ancas
por triste mensajero
de desencuentros
traiciones y locura.
Castellana marginada,
por ser castellana pura
por robar caballeros de otra laya
pariendo sangres de mixtura extraña
indignadas de una alcurnia imaginada.
por ser castellana pura
por robar caballeros de otra laya
pariendo sangres de mixtura extraña
indignadas de una alcurnia imaginada.
Huyó de su cuerpo la ternura
como fluyendo al mar
profundamente,
peleó mil batallas sin sentido,
había perdido la guerra
desde el alba.
como fluyendo al mar
profundamente,
peleó mil batallas sin sentido,
había perdido la guerra
desde el alba.
Recuperó con los años
su alegría, su luz, su bohonomia
días y noches por docenas
dieron tregua
a los fantasmas más temidos.
su alegría, su luz, su bohonomia
días y noches por docenas
dieron tregua
a los fantasmas más temidos.
Como idus en Marzo
resurgieron,
volcanes de odio
como un trueno.
resurgieron,
volcanes de odio
como un trueno.
Cuando ya nadie esperaba tanta ira
metida en sus entrañas y sus venas
pedazo por pedazo
se entregó al sentimiento
más huraño.
metida en sus entrañas y sus venas
pedazo por pedazo
se entregó al sentimiento
más huraño.
Nunca el amargo resabio
abandonó su cuerpo,
tal vez en su mente
hubo alguna vez
descanso.
abandonó su cuerpo,
tal vez en su mente
hubo alguna vez
descanso.
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