21 jun 2012

, , , , , , ,

Bradbury 3

-->












Por Neil Gaiman
La semana pasada, en una cena, un amigo me contó que había conocido a Ray Bradbury cuando tenía 11 o 12 años. Cuando Bradbury supo que quería ser escritor, lo invitó a su oficina y se pasó medio día diciéndole lo que es importante: que si quería ser escritor, debía escribir. Todos los días. Tuviera ganas o no. Que uno no puede escribir un libro y parar. Que es trabajo, pero el mejor tipo de trabajo. Mi amigo creció y se convirtió en escritor, de los que escriben y viven de lo que escriben. Ray Bradbury era el tipo de persona que le daba la mitad de su día a un chico que quería ser escritor cuando fuera grande. (...)
Hablaba de alegría y de amor. Hablaba sobre seguir siendo un niño por dentro (decía que tenía memoria fotográfica y que recordaba cosas que había visto cuando era un bebé, y quizá decía la verdad). Era amoroso y gentil, tenía esa amabilidad del Medioeste que es algo positivo y no la ausencia de personalidad. Era entusiasta y parecía que ese entusiasmo lo iba a mantener vivo por siempre. Le gustaba la gente, le gustaba de verdad. Hizo de este mundo un lugar mejor, dejó mejores lugares en este mundo: las arenas rojas y los canales de Marte, las Noches de Brujas del Medioeste y los pueblos chicos y las ferias tenebrosas. “Si uno mira su vida, se da cuenta de que el amor es la respuesta a todo”, dijo una vez en una entrevista. Le dio a la gente muchas razones para amarlo. Y nosotros lo amamos.

Ilustración: Lou Romano
Share:  

0 comentarios:

Publicar un comentario