No era devoto
de la tecnología, no manejaba ni le gustaba viajar en avión, sin embargo se
adueñó del espacio y del futuro de la vida en la Tierra como pocos. Unió su
nombre a Marte para siempre con Crónicas marcianas. Nunca más se podrá quemar
un libro sin pensar en Fahrenheit 451.
En la foto que ilustra este post se puede ver una colección de comics basados en la obra de Bradbury que editó Byron Preiss Visual Publications NY. Verónica Carman, del equipo de Editopia, integró el equipo que editó este proyecto.
La ciencia misma explica fenómenos con su teoría del “efecto mariposa”.
Y sin embargo, se negaba a ser considerado un escritor de ciencia ficción. Entusiasta irrenunciable, autor de decenas de libros que esconden –todos– algo memorable, lírico, elegíaco, tan cerca de una galaxia remota como de Huckleberry Finn, quizás el secreto de Ray Bradbury sea que convirtió sus propios libros en máquinas del tiempo perfectas que, sin importar los escenarios, los planetas ni los años, viajan siempre al mismo lugar: la infancia perdida. Quizá por eso miles de chicos entraron a la literatura por sus libros y muchos –hoy escritores reconocidos– decidieron quedarse a vivir ahí y sentarse a escribir. A los 91 años, murió el único humano que llegó a Marte.
En la foto que ilustra este post se puede ver una colección de comics basados en la obra de Bradbury que editó Byron Preiss Visual Publications NY. Verónica Carman, del equipo de Editopia, integró el equipo que editó este proyecto.
La ciencia misma explica fenómenos con su teoría del “efecto mariposa”.
Y sin embargo, se negaba a ser considerado un escritor de ciencia ficción. Entusiasta irrenunciable, autor de decenas de libros que esconden –todos– algo memorable, lírico, elegíaco, tan cerca de una galaxia remota como de Huckleberry Finn, quizás el secreto de Ray Bradbury sea que convirtió sus propios libros en máquinas del tiempo perfectas que, sin importar los escenarios, los planetas ni los años, viajan siempre al mismo lugar: la infancia perdida. Quizá por eso miles de chicos entraron a la literatura por sus libros y muchos –hoy escritores reconocidos– decidieron quedarse a vivir ahí y sentarse a escribir. A los 91 años, murió el único humano que llegó a Marte.
Pagina 12 / Radar
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