En La feria de
las tinieblas hay una pequeña aparición de un personaje de la infancia de Ray
Bradbury: Mr Eléctrico. Era un artista de la feria ambulante Dill Brothers Combined Shows que llegó a
Waukegan en 1932.
En aquella época solían pasar muchos circos por Illinois y el pequeño
Ray se fascinaba con el misterio que poseían. El truco más importante
de Mr. Eléctrico era la silla eléctrica: sentado en ella su ayudante bajaba
una palanca para que la electricidad pasara por su cuerpo mientras
se le erizaban los pelos y sacaba rayos de sus ojos. Cuando Ray lo vio
quedó fascinado.
En aquella época solían pasar muchos circos por Illinois y el pequeño
Ray se fascinaba con el misterio que poseían. El truco más importante
de Mr. Eléctrico era la silla eléctrica: sentado en ella su ayudante bajaba
una palanca para que la electricidad pasara por su cuerpo mientras
se le erizaban los pelos y sacaba rayos de sus ojos. Cuando Ray lo vio
quedó fascinado.
Pero al día
siguiente tuvo una mala noticia: su tío favorito había muerto y debía ir a su
funeral. Cuando volvía del cementerio con sus padres, alcanzó a ver las carpas
del circo y le pidió a su padre que parara el auto. Salió corriendo, escapando
de la muerte y regresando a la vida.
Mr. Eléctrico estaba sentado en un banco y le pidió que le enseñara algunos trucos de magia. Mr. Eléctrico lo hizo y después lo llevó a conocer a los integrantes de la feria. El primero que vieron fue el hombre tatuado que más tarde sería “El hombre ilustrado”, luego le presentó al hombre forzudo, a la mujer gorda, al enano y a los trapecistas. Fueron a caminar y
Mr. Eléctrico le dijo a Ray: “Me alegro de que hayas vuelto a mi vida. Fuiste mi mejor amigo en París en 1918. Te vi morir en mis brazos en las Ardennes. Me alegra que hayas vuelto al mundo. Tenés una cara y un nombre diferentes, pero la luz que brilla en tu rostro es la misma”.
Mr. Eléctrico estaba sentado en un banco y le pidió que le enseñara algunos trucos de magia. Mr. Eléctrico lo hizo y después lo llevó a conocer a los integrantes de la feria. El primero que vieron fue el hombre tatuado que más tarde sería “El hombre ilustrado”, luego le presentó al hombre forzudo, a la mujer gorda, al enano y a los trapecistas. Fueron a caminar y
Mr. Eléctrico le dijo a Ray: “Me alegro de que hayas vuelto a mi vida. Fuiste mi mejor amigo en París en 1918. Te vi morir en mis brazos en las Ardennes. Me alegra que hayas vuelto al mundo. Tenés una cara y un nombre diferentes, pero la luz que brilla en tu rostro es la misma”.
Años después,
Bradbury se preguntaba por qué le había dicho eso.
“A lo mejor tenía un hijo muerto, o se sentía solo, o me estaba haciendo una extraña broma. A lo mejor vio la intensidad con la que yo vivía.
Lo que sé es que, cuando me fui, me acerqué al carrusel que tocaba Beautiful Ohio y me puse a llorar. Me sentí cambiado. Ese hombre me dio importancia, inmortalidad, un regalo místico. Volví a casa y empecé a escribir. Nunca paré”.
“A lo mejor tenía un hijo muerto, o se sentía solo, o me estaba haciendo una extraña broma. A lo mejor vio la intensidad con la que yo vivía.
Lo que sé es que, cuando me fui, me acerqué al carrusel que tocaba Beautiful Ohio y me puse a llorar. Me sentí cambiado. Ese hombre me dio importancia, inmortalidad, un regalo místico. Volví a casa y empecé a escribir. Nunca paré”.
www.theparisreview.org - Sam Weller
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