En su libro Mirar, el escritor inglés John Berger
hace referencia a la foto de Henri Cartier-Bresson (1965) en la que retrató a
Giacometti:
“Una semana después de la muerte de Giacometti, la
revista Paris-Match publicó una extraordinaria fotografía que había sido tomada
nueve meses antes. En ella aparece Giacometti cruzando solo, bajo la lluvia,
una calle de Montparnasse cercana a su estudio. Se protege la cabeza bajo la
gabardina, pero sin sacar los brazos de las mangas. Sus hombros encorvados se
ocultan bajo la gabardina. El efecto inmediato que produjo esta fotografía en
el momento de su publicación se debió a que mostraba la imagen de un hombre
extrañamente despreocupado por su bienestar. Un hombre que llevaba unos
pantalones arrugados y unos zapatos viejos, mal preparado para la publicidad,
para la lluvia. Un hombre cuyas preocupaciones no tenían en cuenta el cambio de
las estaciones. Pero lo que hace que esta fotografía sea extraordinaria es que
sugiere mucho más sobre el carácter de Giacometti. La gabardina parece
prestada. Se diría que no lleva nada debajo, salvo los pantalones. Tiene el
aspecto de un superviviente, pero no en un sentido trágico. Está hecho a la
situación; ‘como un monje’, diría yo, especialmente dado que la forma en que se
cubre la cabeza con la gabardina sugiere una capucha frailuna. Llevaba su
pobreza simbólica con mucha más naturalidad que la mayoría de los monjes.”
[extracto del ensayo Giacometti]
[extracto del ensayo Giacometti]
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